martes, 16 de noviembre de 2010

Critica de disco Las Trampas de Lily - Todo de nuevo (15-11-10)

Todo de nuevo

Las Trampas de Lily transitan el camino de la canción folk-rock en su tercer disco.

Nacido hace casi diez años en la ciudad de Río Gallegos, provincia de Santa Cruz, Las Trampas de Lily es un grupo que se asienta en las bases del rock y desde allí se deja llevar hacia distintos matices que pueden incluir el folk, la balada y hasta el punk entre otros. Con dos discos bajo el brazo (La calle que brilla de 2005 y Escucho las voces de 2007), este año el cuarteto integrado por Miguel Jancich en guitarra y voz, Duffy D en bajo, Marcelo Merlino en teclados y Fernando Jasen en batería editó Todo de Nuevo, producido artísticamente por Ulises Butrón.
Estas diez nuevas composiciones se reparten en apenas media hora como si hubiera una urgencia por escupir sentimientos casi sin descanso. Es que las letras retratan historias de amor desafortunadas, casi siempre en primera persona, que buscan la identificación en el oyente. Por su parte, la música ambienta esas historias con sonidos folk en donde las guitarras acústicas y los teclados y hasta las circunstanciales armónicas adquieren un papel primordial. Las guitarras eléctricas, procesadas en varios casos por distintos efectos, le dan a los temas el infaltable toque de energía.
“A veces no alcanza”, “La fiebre” y “Todo de nuevo” son las mejores representantes del disco, en donde se reúnen los distintos matices pero sin dejar de lado el costado más rockero del grupo. En el tema que cierra el álbum, “La cadena”, los de Río Gallegos se ponen aún más intimistas y reflexionan sobre la rutina en la que vivimos en una balada interpretada por el piano y la voz.

En Todo de nuevo, su tercer trabajo discográfico, Las Trampas de Lily expresan melancolía y desamor y lo conjugan con toques folk que también se combinan con guitarras rockeras.

Christian Alliana para www.elbondi.com

Cobertura Paul McCartney - Estadio River (11-11-10)

Magical mistery Paul

Paul McCartney regresó a la Argentina luego de diecisiete años y brindo dos conciertos memorables. El Bondi estuvo el jueves en la cancha de River y te cuenta todo lo que pasó.

Como esos sueños que uno anhela y parece que nunca van a llegar pero finalmente se hacen realidad, así se vivieron los dos conciertos que ofreció Paul McCartney su segunda visita al país. Luego de su primera presentación el miércoles por la noche, el fervor por el ex beatle no decayó en ningún momento y más de cuarenta mil personas se juntaron nuevamente el jueves en la cancha de River para ver al mito viviente que representa este señor inglés, considerado uno de los compositores más importantes de la historia.


Pasadas las siete y media de la tarde, subió a escena el ex cantante de Los Piojos, Andrés Ciro Martinez, junto a los guitarristas de su nueva banda, Los Persas, para interpretar un par de temas en formato acústico. Ante un público que lo respetó pero que no se interesó demasiado en el set, Ciro entonó algunos clásicos de su ex grupo como “Al Atardecer”, “Amor de perros” y “Tan solo”, además de “Insisto” y “Noche de hoy”, pertenecientes a su etapa actual solista. En media hora, el cantante cumplió un nuevo sueño como aquella vez de 2006 que, junto a Los Piojos, teloneó a los Rolling Stones.
Pasado el crédito local, ahora sí ya estaba todo listo para el show de Paul McCartney, que se hizo presente a las nueve y cuarto de la noche y luego del correspondiente saludo arrancó el show quemando naves con “Magical Mistery Tour”. Ahí nomás, pegadita, sonó “Jet” y otra gema beatle, “All my loving”, que sirvió para preguntarse nuevamente cómo hace para cantar así de afinado mientras realiza ese histórico walking en el bajo. Como no podía ser de otra manera, Sir Paul alternó temas de sus distintas etapas e intercaló potencia (“Drive my car”, “Live and let die”) con tiernas baladas como “The long and winding road” y “My love” entre otras.
También hubo espacio para los homenajes comenzando por “Purple Haze” de Hendrix sobre el final de “Let me roll it”, seguido por “Give peace a chance” de John Lennon enganchada a “A day in the life” y el recuerdo de George Harrison en la excelente versión de “Something” con ukelele incluido. Y la nostalgia fue uno de los principales motivos por los cuales gente de distintas edades se acercaron a River para emocionarse hasta las lagrimas con himnos como “Eleonor Rigby”, la abolerada “And I love her” y las acústicas “Blackbird” y “Yesterday”.
Con un buen sonido (a veces condicionado por el intenso viento) y un gran juego de luces, la banda integrada por Rusty Anderson y Brian Ray en guitarras, Paul Wickens en teclados y el carismático Abraham Laboriel Jr. en batería fue el soporte ideal para que Macca sienta sus espaldas bien cubiertas e interactúe con el público en un español guionado que le sirve para meterse a todos en el bolsillo (como si hiciera falta) con frases como “ustedes son buena onda” o “estamos muy contentos de estar nuevamente acá”.
Y como toda gran fiesta merece un final a toda orquesta, Paul se encargó que esto sea así regalando ocho temas seguidos de Los Beatles entre los que se encontraron “Hey Jude” (y el “nananaranana” coreado por absolutamente todos los presentes), el riff mortal de “Day Tripper”, el proto heavy metal “Helter Skelter” y la versión reprise de “Sgt. Pepper” junto a los temas finales del disco Abbey Road.


A sus 68 años, Paul McCartney volvió a la Argentina para brindar un concierto antológico, de esos que uno nunca quiere que terminen y que son una caricia al alma. Con canciones de su etapa solista y los infaltables clásicos de Los Beatles, el bajista inglés repasó durante casi tres horas buena parte de su carrera dejando a los presentes con la sensación de haber sido parte por un momento de un pedazo grande de la historia de la música.

Christian Alliana para www.elbondi.com
Fotografo: Beto Landoni

Critica de disco Esonoes - Aun (01-11-10)

Aún

El disco debut de Esonoes se distingue por sus distintas paletas sonoras y la búsqueda constante del clima perfecto.

En el 2004, el contrabajista Lisandro Fiks, el baterista Emanuel “Kiki” Gaggino, el guitarrista Santiago Lesca y el tecladista Agustín Insausti tenían un grupo, Papanegra, marcado por una impronta rockera y que tuvo la oportunidad de grabar una versión de “Cantata de puentes amarillos” de Luis Alberto Spinetta en Una celebración del rock argentino, el box set dirigido por Litto Nebbia y que recién vio la luz este año. En el 2008 Santiago Lesca dejó la banda y, a partir de allí, el resto de los integrantes, focalizándose en la utilización de nuevos recursos sonoros que permitan explotar aún más su condición de multiinstrumentistas, forman Esonoes.
En Aún los arreglos de cuerdas y vientos son una constante como así también las diferentes atmósferas por las que atraviesan los temas. De un arranque pop rock guitarrero como “Irreal” pueden pasar a un clima intimista con predominio total del piano como en “Donde aclara” o “La liebre”, donde el que manda es el violín. Dentro del amplio abanico por el que se mueve Esonoes, también hay espacio para un pseudo bolero con influencias tangueras (“Quién”) y un gran blues llamado “Me puso blus”.
Si bien el disco se caracteriza por canciones en las que intervienen distintas paletas sonoras y cada arreglo parece cuidado a la perfección, el trío no se olvida de sus orígenes rockeros y se despacha con “Adentro”, un rock and roll crudo. El pop vuelve de la mano de “Espiral” y el rockabilly “Elefante rosa”, que se destaca por el juego de voces, pone punto final al álbum.

Esonoes ofrece en Aún un interesante primer disco en el cual se mezclan elementos de pop, rock, tango y jazz, todos hilvanados por cuidadosos arreglos y una amplia instrumentación.

Christian Alliana para www.elbondi.com

Critica de disco Percobarocho - Condicionando al destino (25-10-10)

Condicionando al destino

La suma de grandes canciones, buenas letras y rock maduro da como resultado el tercer disco de Percobarocho.

Diez años pasaron desde la formación de Percobarocho en la ciudad de Avellaneda y luego de dos discos en el camino, en este 2010 editaron Condicionando al destino cuya portada y arte interior homenajea al histórico Bar El Progreso de Barracas. Además el packaging se destaca por tener la posibilidad de convertirse en almanaque y contener una completísima ficha técnica, además de las letras.
En el plano musical, la banda integrada por Fernando Rimmaudo en voz y guitarra, Martín Rodríguez Monti en guitarra, Gonzalo Zapata en bajo, Matías Dhers en armónica, Anibal Buonarcorso en teclados y Facundo D´Angelo en batería hace hincapié en un rock sólido, en algunos momentos crudo y en otros más tranquilo. Pero si hay algo que nunca desaparece en los doce temas del álbum es el cuidado por la canción, destacándose así las melodías y la función de cada instrumento.
El álbum arranca a toda máquina con el riff de “Sin rumbo” y un interesante trabajo de guitarras. “Guardianes de turno” sigue ese camino con una buena línea melódica en la voz y el agregado de la armónica junto al piano. En “Nada” aparece un aire más denso acentuado por la voz de Anibal Buonacorso y los coros casi líricos que aporta la invitada Joana Gieco mientras que Matías Dhers se pone al frente del micrófono en “Así es la vida” y coquetea con un fraseo cercano al rap.
Percobarocho también muestra su costado sensible en temas como “El progreso”, dedicado al bar homónimo, y “Vacíos conocidos”, una canción ideal para que las chicas se suban a los hombros de conocidos y extraños en cada show del grupo. En “Brazos equivocados” los vientos formados por Franco Boroccioni en saxo tenor y Lucas Colamussi en trompeta suman potencia mientras que en “Para todos” y “Tu mundo” los arreglos de cuerdas imprimen tensión y acompañan de manera épica el cierre del disco.

En Condicionando al destino Percobarocho demuestra que es posible hacer rock con buenas melodías, letras interesantes y un buen trabajo de producción.
Christian Alliana para www.elbondi.com

Critica de disco La Ponderosa - Sigo, sigo, sigo (25-10-10)

Sigo, sigo, sigo

La Ponderosa apunta al rock and roll directo en su segundo material discográfico.


Nacida hace diez años en Berazategui, La Ponderosa es una banda que comenzó su historia interpretando covers de grandes artistas del rock nacional e internacional como Pappo, Sumo, The Beatles, Eric Clapton, Bob Dylan y The Rolling Stones. En 2001 el grupo grabó su primer álbum homónimo y este año registró Sigo, Sigo, Sigo con su nueva formación: Marcos Ferreirone en voz, guitarra y coros; Federico Varela en primera guitarra, voz y coros, Maximiliano Kucharski en bajo y coros, Gustavo Núñez en armónicas y Mariano Assad en batería.
El disco atraviesa distintas vertientes pero siempre bajo el paraguas del rock and roll. En casi cuarenta minutos coexisten la crudeza del rock más directo (“Algo de mí”, “Resulta que”) con vertientes country (“Calavera de la noche”) y pinceladas cancioneras de la escuela Calamaro (“Jueves santo”, “Otra vez”). Las guitarras se mantienen bien al frente interactuando continuamente entre ellas y la armónica se suma como refuerzo en varias ocasiones como ocurre en “Noche de gloria”.
Lo más destacable llega cuando la banda se aleja de la influencia directa de los Stones y se acerca al folk dylaniano ya que allí logra muy buenos resultados (“El tren pasó”). Por su parte, las letras reflejan situaciones cotidianas que mezclan el barrio, los amores y algunos vicios aunque por momentos esto hace que caigan en lugares comunes.

El segundo álbum de La Ponderosa reafirma el camino del rock and roll que toma el grupo y encuentra sus mejores momentos en los pasajes folk.

Christian Alliana para www.elbondi.com