jueves, 22 de mayo de 2008

El Mendigo - El Teatrito (22-12-06)

Otra vez rocanrol

Viernes por la tarde y la ciudad semivacía. En El Teatrito los pibes se juntan para escuchar un poco de rocanrol. El Mendigo en el escenario les dará lo que vienen a buscar. Ni más ni menos, lo justo.

Las bandas chicas tienen ese no sé qué. Un día juntan 200 personas, y están en la gloria. Otro día tocan para 50 personas y las dudas sobre el futuro comienzan a surgir. Pero nada de esto le importó a El Mendigo que el viernes tocó en El Teatrito para despedir el año.

Con “Los mios” comenzó el show y ese rock potente y coreable sirvió para que la escasa gente presente empezara a despabilarse. Luego de “Moriré”, los mendigos daban la bienvenida al infierno y el guitarrista Leonardo “El Viejo” Abbiatici sentenciaba el sentimiento de la banda: “50 o 5 mil personas es lo mismo, lo que importa son los huevos.”

Los acoples y un sonido no del todo adecuado fueron una constante de la tarde noche en el reducto del Microcentro. La armónica de Hernán Madregal y el saxo de Joaco Velo no lograban sonar diferenciados por lo que la intención de aportar otro tipo de sonidos al clásico 4 x 4, quedó en una nebulosa. Pese a la presencia de una segunda guitarra comandada por Gabriel Sigman los solos tampoco lograron sobresalir.

El liderazgo, tanto musical como carismático, de “El Viejo” opacaba la figura de su hermano, el cantante Damián Abbiatici. Pero esto poco importó para que el rock siguiera su curso y sonaran “Carcelero” y “Enloquecer”, que fue de lo mejor de la noche gracias a su ritmo murguero y su final cuasi punk que hacía recordar a “Fuck you” de Sumo.

En “Voy y vengo” hubo tiempo para un buen solo de bajo por parte de Leo Faustino, demostrando que los bajistas pueden tomar un poco de protagonismo y no sólo acompañar. El otro encargado de la base, Pablo Ivanoff castigó su batería a ritmo parejo durante todo el show.

“Buscar buscarte” es de esos temas que a la simple escucha uno ya sabe que es el himno de una banda. Luego del momento sensible con “Bajo el mismo sol”, se sucederían “Masticando Resaca” y “El barrio es mi motor”. El final llegaría con “Perdiendo la cabeza” y el “oh, oh, oh” de la gente coreando el estribillo retumbaría en El Teatrito.

El Mendigo cerró así el año de su disco debut. Siempre es difícil saber si una banda llegará o no a ser popular y reconocida pero en este caso queda la sensación de que todavía queda mucho camino por recorrer y varias cosas por pulir. El tiempo dirá si El Mendigo logrará ajustar su rocanrol y diferenciarse de las cientos de bandas que eligen ese camino o quedará catalogada como “otra banda de rocanrol barrial más”.

Christian Alliana para www.elbondi.com
Foto: Beto Landoni

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